jueves, 7 de marzo de 2019

La situacíón actual laboral en cocina

Hoy, como fin de este curso centrado en cocina y el origen de pastelería, hablaremos de la cocina a nivel laboral y posibilidades que tienen los recién salidos de las escuelas de hostelería.Teniendo en cuenta las sucesivas reformas laborales de los distintos gobiernos, precarisando el empleo y derechos de los trabajadores, también el sector de la cocina se encuetra afectado por dicha precariedad.

Los neófitos recién terminados de las escuelas de hostelería se incorporan a un mundo laboral en constante cambio culinario y con un intrusismo constante. En el sector de la hostelería, se da horarios interminables de 10 ó 12 horas con jornadas partidas y por la idiosincrasia del gremio, festivos y fines de semanas y temporada estival se trabaja, aunque eso es asumible. Si antaño se procuraba tener una plantilla estable en un hotel, ahora se trata de tener un jefe de cocina y de partida con cocinero que van de extras por horas o fines de semana.

En la Costa del Sol, si antes los hoteles se abrían en invierno la mayoría, ahora optan por cerrar muchos y abrir desde Semana Santa a octubre y teniendo fijo al mínimo personal. También, utilizan a los alumnos en prácticas como mano de obra gratuita en vez de potenciar su inclusión en la empresa.Por tanto, se da una inestabilidad y temporalidad unido a un ambiente poco cohesionado en muchas cocinas, donde es difícil formar un equipo compenetrado. Es demostrado con datos que a largo plazo, un equipo de trabajo fijo es más rentable y productivo.Si a todo ello se une la poca experiencia del alumno que no le deja trabajar más tiempo, la cosa se complica.

Por consiguiente, es lógico que la mayoría de los alumnos de cocina busquen trabajar en la administración pública como cocineros o profesores buscando una estabilidad y seguridad ante este ambiente inhóspito.

En 1996, el gobierno español encargó un informe al sociólogo norteamericano James Petras, conocido como el informe Petras. Este informe fue un estudio sobre la situación actual de la juventud española; las conclusiones fueron tan contundentes que el gobierno guardó el informe en un cajón para no difundirlo, por suerte llegó a difundirse. En el informe se afirmaba que los jóvenes españoles, no tenían algún futuro laboral a menos que lucharan. Se decía que eran jóvenes, en muchos casos universitarios, que trabajaban en trabajos con contratos por horas y enlazando diversos contratos y con dos o más trabajos con sueldos míseros. La corrupción y la mala gestión del país unido a la falta de otros sectores industriales no ayuda.

A pesar de todo este panorama, hay esperanza en cocina y cada vez más se valora el trabajo del cocinero y respeta. La cocina está recuperando su lugar y necesita de buenos profesionales bien formados. Esperemos que estos vientos de cambio nos beneficien y ofrezca mayor estabilidad.


jueves, 21 de febrero de 2019

La asignatura pendiente de las estrellas Michelín

Hoy en día estamos acostumbrados a shows televisivos de cocina de afamados cocineros, donde se vende una realidad de la cocina deformada. Por activa y  por pasiva, se nos hace entender que las voces, prepotencia y arrogancia es moneda común de los chefs y el desprecio hacia los aprendices como algo aceptado. Lo que nunca debieran confundir estos jefes de cocina, es que no es lo mismo las voces en cocina para cantar una comanda o dar ódenes de trabajo que su falta de respeto y egocentrismo.

Lo más grave si cabe, en mi humilde y sincera opinión, es que los jóvenes aprendices en prácticas aceptan todo tipo de tropelías y merma de derechos laborales para engordar su currículum y aprender algo. No es lógico, que tras siglos de lucha del movimiento obrero y sindicatos desde el siglo XIX en adelante, hoy se acepte esta realidad y ni si quiera las autoridades competentes legisle en esta materia. No deben olvidar estos chefs que ahora van de artistas ególatras, que los trabajadores y aprendices son personas y tienen derechos desde la Declaración Universal de los Derechos Humanos; sus trabajadores les sirven pero no son sus sirvientes y además, estos aprendices están contribuyendo a engordar sus cuentas bancarias y sin cobrar un euro.

Más triste todavía que todo lo anterior, cuando desde las escuelas de hostelería no se fomenta el trabajo en equipo, el compañerismo y la humildad para trabajar en cocina. Los currículos académicos imponen muchos conocimientos  y estupideces burocráticas en vez de enseñar a trabajar como se hace en una cocina real.Tal vez, los chefs actuales debieran ir otra vez a las escuelas a aprender la asignatura pendiente: humildad y tener acertividad con sus trabajadores.

Algo estará pasando cuando chefs con estrella Michelín están cerrando sus restaurantes y centrándose en una cocina más asequible a la mayoría. A pesar de esta crítica, quiero mostrar mi profundo respeto y admiración a todos estos cocineros innovadores y estrellas Michelín e incansansables trabajadores, pero sino respetan a sus trabajadores y aprendices no se respetan a ellos mismo ni al noble oficio de la cocina ni merecen consideración alguna.


jueves, 7 de febrero de 2019

Nuevas tendencias en postres

El postre es un clásico de toda la vida, una costumbre extendida por todo el mundo, que al igual que toda la gastronomía, se adapta a nuevas tendencias.Con el postre llega el momento de la sobremesa, de las charlas y de las risas compartidas entre comensales.


Alternativas más saludables y bajas en calorías

 Por problemas de sobrepeso o bien por otros de intolerancia alimenticia, no todo el mundo puede disfrutar de cualquier postre, pero sí de muchos de ellos. Hoy en día los cocineros trabajan constantemente en nuevas recetas con menor aporte calórico y con ingredientes de sustitución que permitan que haya postre para todos.Hay infinidad de postres veganos, postres sin lactosa o sin gluten, preparados para que en un menú de cualquier tipo de dieta se pueda incluir un postre maravilloso. En cuanto a los postres bajos en calorías también hay muchas opciones, como los que se hacen a base de frutas o gelatinas. También Yolado que es un producto saludable que tiene menos grasas que un helado. Y otra posibilidad es la de los postres mini, de menor tamaño, que permiten disfrutar de algo goloso pero en pequeñas dosis.

Reinventando los clásicos

 Hay diferentes formas de innovar y una de ellas es a partir de una receta ya existente, modificando algunos de los ingredientes o simplemente cambiando la presentación y adaptándola a nuevos estilos y nuevas tendencias. El yogur natural con miel y nueces es uno de esos clásicos que la mayoría de nosotros adoramos. Para la época estival, se propone que lo reinventemos y lo hagamos con yogurt helado y lo presentemos con el Yolado cortados en dados sobre una pizarra




tradicional

 
Incluyendo nuevos sabores

  La globalización ha permitido  que compartamos ideas entre unos y otros países. Sabores típicos de lugares muy lejanos se incluyen ahora en los postres que disfrutamos en nuestras casas.Hoy en día en España disfrutamos habitualmente de los helados de té verde o de sésamo, tan característicos de Japón, de postres que incluyen frutas tropicales, sus aromas y sus sabores, y en general de dulces típicos de cualquier país del mundo como el baklava de pasta filo, miel y nueces frecuente en Oriente Medio y en la India.


tropical

Los postres salados

 Una de las prácticas que más se está extendiendo es la de la inclusión de elementos salados en el postre.Aceite, sal e incluso pimienta, se utilizan hoy en día como condimentos también en postres. El pan con chocolate, aceite y escamas de sal es ya un habitual de las cartas de muchos de los mejores restaurantes.Ejemplos de ellos son: el Canelón de Mango Yolado o el Canapé Yolado de Naranja Sanguina, que también incluyen sal Maldon entre sus ingredientes.



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jueves, 31 de enero de 2019

La pasta choux

   Aunque es una masa de origen francés, la historia de la Pasta choux data del siglo XVI. Se atribuye su invención el 1540, a un pastelero italiano que servía a la reina Catherine de Médicis. Este pastelero se llamaba Popelini, que confeccionó un postre llamado “popelini”, que era a partir de una pasta hecha sobre la lumbre: la Pasta Chaud (pasta caliente).

   La Pâte Chaud se le cambió el nombre a Pasta Choux, por la simple razón  que con esta pasta se elaboraban los choux (es una preparación de masa típica francesa de algunos pasteles que se caracteriza por tener una masa muy ligera y suele comer fría, a menudo rellena con otros ingredientes que pueden ser dulces o salados). Antonin Carême (1784-1833) mejoró la pasta choux y creó diversos derivados de la apura choux.Es una masa ligera usada con rellenos tanto dulces como salados y es también usada como base para algunos pasteles.

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   Se cree que es original de Italia, cuando Catarina de Medici se mudo a Francia en 1533, trajo consigo a su corte, incluido su chef principal de nombre Panterelli, quien realizo pasteles con una masa caliente y seca que él invento, llamada pâte à Panterelli. Posteriormente fue conocido como pâte à Popelin, los popelines eran panes que se hacían en la edad media en forma de alcolchonados largos. Perfeccionado en el siglo XVIII por Antoine Carême, esta masa tenia la misma receta que la usada actualmente.


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 La masa choux, compuesta de harina, agua, leche, mantequilla y huevos, se caracteriza porque se escalda la harina en una mezcla de agua, leche y mantequilla hirviendo antes de añadir los huevos. La masa crece muchísimo en la cocción al evaporarse todo el líquido que lleva (procedente de la leche y los huevos, además del agua), por lo que queda extremadamente ligera, esponjosa, hueca por el centro, perfecta para rellenar, y con un magnífico sabor a huevo. Cuando se enfría esta masa, añadimos los huvos uno a uno para integrarlos. Posteriormente escudillamo la masa con manga para darle la forma que deaeamos y horneamos.



jueves, 17 de enero de 2019

Origen del sorbete

El sorbete

   Desde el período paleolítico hay evidencias  que, una vez que el hombre comenzó a construir sus casas, aprendió a preservar sus alimentos perecibles en frío, bien en cavernas o en huecos cavados en la tierra. Los sorbetes fueron los primeros helados consumidos por el hombre. Hace 4.000 años en Mesopotamia ya se utilizaba la nieve de las montañas para enfriar la pulpa o el zumo de las frutas mezclados con miel y las bebidas. Los romanos difundieron esta costumbre por todo el imperio construyendo pozos para conservar la nieve en las montañas próximas a las ciudades. La nieve se compactaba en el interior de estos pozos y en el verano, por las noches, se acarreaba a las ciudades.Muchos pueblos fueron capaces de “inventar” las bebidas heladas, o de añadir hielo a las frutas o sus zumos; por ejemplo, los toltecas lo hacían mucho antes de que los europeos pisaran nuestro continente.

 

    El enfriamiento se llevaba a cabo introduciendo la mezcla en un recipiente metálico o cerámico que a su vez se metía entre el hielo. En la edad media se descubrió que añadiendo sal al hielo se conseguían temperaturas muy bajas que permitían congelar la mezcla, sólo había que ir rascando con un cuchillo la masa que se iba congelando por las paredes del recipiente o agitarlo de vez en cuando.

    Nuestro vocablo sorbete es un préstamo léxico del árabe “sherbet”. Como no podía ser de otra manera el crisol gastronómico español evidencia la tradición cultural heredada de romanos y árabes. 

El uso milenario de estos pozos y el comercio de la nieve acabaron con la invención de la producción mecánica del frío en la segunda mitad del s. XIX. Las poblaciones de un cierto tamaño contaban con fábrica de hielo. Los sorbetes y granizados se seguían fabricando con la misma técnica pero ya no era necesario bajar la nieve de las montañas.

jueves, 13 de diciembre de 2018

La repostería andalucí

La repostería en al-andalus

Al- Andalus es el nombre con el que se conoció el nuevo Estado Islámico que fundaron los musulmanes en la Península Ibérica.
Dentro de los hábitos alimenticios andalusíes encontramos la riqueza en los postres y la dulcería, arte exquisito y preciosista, al que tanto le debemos, desde las "frutas de sartén": pestiños, roscos, buñuelos o churros, hasta una inmensa variedad de pastelería. El legado dulcero de al-Andalus es amplio y variado.

Teniendo como componentes básicos la harina, el azúcar, la miel, la canela, los frutos secos y los huevos, podemos distinguir, sin rebuscar demasiado:


  • Alfajores.
  • Almojábanas.
  • Arnadí.
  • Arropes.
  • Arroz con leche.
  • Buñuelos.
  • Churros.
  • Confituras de frutas.
  • Helados.
  • Hojaldres.
  • Jaleas.
  • Leche frita.
  • Magdalenas.
  • Mazapanes.
  • Mermeladas.
  • Pan de higo.
  • Pasteles de almendra.
  • Pastelillos de miel.
  • Pestiños.
  • Refrescos, Xarabs y Sorbetes.
  • Tocinos de cielo.
  • Turrones

  • Aunque el azúcar no se difunde por toda Europa hasta el siglo XVI, gracias a la importación de grandes cantidades de este producto desde América, y después de ser refinado, entre otros lugares, en Lisboa, lo cierto es que el azúcar fue muy utilizado en al-Andalus y Sicilia a partir del siglo XII, desde donde lo importaban castellanos, catalanes, portugueses e italianos.

     La caña de azúcar, que tan bien se daba en los pueblos costeros granadinos, fue fundamental para el desarrollo de la repostería tradicional andalusí. El nombre de este producto proviene diréctamente del árabe as súkkar (con artículo) o súkkar (sin él), en castellano azúcar; valenciano, catalán y francés sucre; portugués açucar, e italiano zucchero.

     Como las especias, el azúcar tiene numerosas cualidades y ventajas, no siendo la menor de ellas su utilidad para mantener conservados durante algún tiempo unos alimentos tan frágiles y en principio perecederos como las frutas, que en tanta abundancia y variedad conocieron los árabes.


    El azúcar rivalizó o sustituyó durante mucho tiempo a la miel en la preparación de sabrosos guisos, y deliciosos postres y bebidas en combinaciones ciertamente variadas.
    Esas combinaciones de azúcar y frutas, en forma de jaleas, mermeladas o refrescos, fueron recibiendo curiosos nombres de sabor oriental, como arropes o rubb (mosto concentrado por cocción de trozos de fruta), jarabes y siropes del árabe xarab (bebida), o sorbetes (del mismo origen). Los jarabes o arropes solían ser de menta, limón, granada, sándalo, arrayán, violeta, agraz, dátil o manzana.


    Además, al azúcar se le asignaban valores curativos o beneficiosos para la salud.
    La difusión del azúcar trae consigo la de varias bebidas, de las cuales destaca sobre todo la limonada y el zumo de naranja dulce o naranjada. La limonada fue, en un principio, empleada como jarabe medicinal, además de como refresco.
     
    Igualmente, los postres a base de pistachos, dátiles o frutos secos: uvas pasas, higos secos de Málaga, avellanas, etc., son herencia de la cocina califal. También suministraron el guirlache, elaborado a base de avellanas, almendras o nueces, bañadas en almíbar y dejadas enfriar hasta endurecerse, además de algunos otros manjares.
     
     
    Otro dulce arábigo-andalusí, fundamental en la actual repostería sevillana de Semana Santa, es el pestiño, uno de los dulces con los que el paladar rememora la inconfundible herencia culinaria andalusí. Entre sus ingredientes básicos están las especias que le dan su característico sabor: ajonjolí, canela, matalahúva,... además del anís y el zumo de naranja. Una vez terminada la masa, hecha con harina, y después de darles forma y freírlos, es imprescindible bañarlos con miel.


     Dentro de los oficios de al-Andalus está el de "freidor", que se dedicaba a la elaboración de los churros, porras, buñuelos o tejeringos y otros postres de sartén cocinados en un hirviente aceite de oliva.
     
     
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    sábado, 1 de diciembre de 2018

    El hojaldre

    EL HOJALDRE

    El hojaldre es una masa crujiente llevada a Europa por los árabes, aunque su origen es anterior, pudiendo encontrarse referencias a pastas y masas hojaldradas en la Grecia y Roma clásicas. Se elabora con harina, grasa (mantequilla, manteca de cerdo o margarina), agua y sal. Es crujiente y su textura es uno de sus grandes atractivos.

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     Algunos autores atribuyen la invención del hojaldre al francés Claude Geleé, llamado Le Lorrain (1600-1682), el cual fue pastelero antes de dedicarse a la pintura en la que consiguió renombre. Otros historiadores opinan que el inventor fue el renombrado pastelero Feuillet. También la leyenda ha atribuido a la casualidad  la invención de la pasta de hojaldre, pero la realidad es que no se puede saber a ciencia cierta de donde proviene. Pues se sabe por documentos  dignos de fe, que se conocía desde tiempos inmemoriales. Larousse Gastronómica dice que los antiguos griegos hacía hojaldres muy especiados. Los aztecas, en México, se confeccionaban unos delicados pastelillos de milhojas a los que daban sonoros nombres (“tlacepoallitlaxcalli”, “vietlaxcalli” o “tlaxcallmimilli”). La cocina medieval islámica está plagada de menciones a la respostería hojaldrada con miel y frutos secos. En una carta del obispo Roberto de Amiens, en 1311, se menciona la pastelería hojaldrada. También hay menciones a una pasta hojaldrada  de aceite que se elaboraba con el máximo secreto en la ciudad francesa de Cahor durante el reinado de Carlos V.

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     Es evidente pues que no fue Geleé el inventor del hojaldre, aunque es indudable que los pasteleros del siglo XVI, XVII y XVIII contribuyeron a su gran difusión y propagación. Introduciendo novedades, mejorando la calidad y elaborando recetas que aún hoy en día se utilizan. Sea como fuere el hojaldre es una de las masas de pastelería más empleadas, que nos ofrece infinidad de posibilidades y múltiples combinaciones decorativas y de sabor.