ORIGEN
Hoy nos centraremos en este producto tan importante y muy utilizado en pastelería y deseado mundialmente.
No
 existe una forma de saber exactamente quién inventó el chocolate, 
aunque si es posible conocer el origen de este riquísimo alimento. El 
chocolate se elabora con el fruto del árbol del cacao, que procede de 
América del Sur.Algunos estudios indican que comenzó su elaboración en 
México y de 
ahí se extendió a otros países hasta la zona del Amazonas. En cambio, 
otros estudios aseguran que es todo lo contrario. Que surgió en el 
Amazonas y de ahí se expandió hasta llegar a México.Lo que si 
podemos asegurar es que el consumo del chocolate tubo una enorme 
importancia tanto en tiempo de los aztecas como de los mayas. Se cree 
que incluso Moctezuma tomaba cacao mezclado con agua.

Los indígenas americanos gustaban de brebajes y pociones en su origen, un preparado de cacao con flores secas molidas, que llaman xochayo-cacaua-atl, y una bebida de cacao con ají llamada en tiempos coloniales chil-cacau-atl. Era natural pues, que los españoles se negaran a tomarlo, cosa que sí estaban dispuestos a hacer si se le ponía azúcar o miel.
 
 
EVOLUCIÓN
En 1520 se envió a España cierta cantidad de chocolate y se mejoró la forma de prepararlo Surgieron
 procedimientos que hacían del viejo brebaje una bebida atractiva que 
llegaría a ser muy valorada. En 1606 los italianos, con Antonio Carletti
 a la cabeza, empezaron a 
beberlo, y poco después era conocido en Francia, donde a finales del 
XVII se generalizó su consumo merced a la afición desmedida que por él 
sintió el caprichoso Luis XIV. En la España de Cervantes los frailes lo 
encomiaron tanto que en algunas
 comunidades de religiosos no se entendía forma mejor de agasajar al 
visitante que ofrecerle un tazón del humeante y exótico producto.

Se comenzó a fabricar a cierta escala en el siglo XVIII. A Inglaterra había llegado a mediados del XVII, y se sabe que en 1657 ya existían allí fábricas de este producto. El escritor holandés, C. Bontekoe lo puso de moda en Alemania. Por aquella fecha se extendió la idea que era perjudicial para la salvación de las almas y caer en tentaciones del diablo.
Hasta finales del XVIII el chocolate se hacía a mano: la máquina fue 
introducida por el francés A. Doret, posibilidad que revolucionó su 
industria hacia 1819 ya que con aquel artilugio se aceleraba hasta siete
 veces su producción, con lo que bajaron considerablemente los precios y
 se generalizó el consumo, que llegó ahora a las capas populares que 
antes no habían podido acceder a él.
Se le quitó también el regusto amargo que dejaba el producto natural tradicional, y a partir de 1880 el chocolate no cesó de conocer mejoras, innovaciones y ventajas que lo han convertido en una de las golosinas más apetecidas.
 
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